Hay que tener en cuenta que no se paga solamente una hora de servicio. Un psicólogo bien preparado dará una atención personalizada, lo que quiere decir que antes y después de la hora de consulta realizará un análisis y estudio del caso particular, algo que se verá reflejado en posteriores consultas y en el progreso del paciente.

No hay que olvidar que la gran mayoría de psicólogos son autónomos, y tienen que pagar las cuotas e impuestos correspondientes, la seguridad social y además de las instalaciones para recibir a los pacientes, normalmente un despacho que acarrea otros gastos (alquiler, seguros, electricidad, agua…). Normalmente también pagará las cuotas del Colegio Oficial de Psicólogos y cursos de formación permanente siempre que lo vea necesario, los tests psicológicos… Los gastos son incontables, como los que pueda tener cualquier otra pequeña empresa.

Como ya he mencionado, el local o despacho en el que realizará las consultas es un gasto importante e imprescindible porque ese lugar de confidencias entre terapeuta y paciente tiene que ser un lugar tranquilo que cree una atmósfera de paz y armonía adecuada para los pacientes, ya sea trabajando con terapias individuales, terapias de pareja o grupales.

Teniendo todo esto en cuenta, resulta menos difícil ver lo que realmente pagamos cuando vamos a la consulta del psicólogo. Porque no solo valoramos todos sus años de estudio y esfuerzo, sino también la dedicación que hace de nuestro caso de forma personalizada y profesional, ya que trabajará para ayudarnos a mejorar y hacer que seamos capaces de resolver nuestros problemas.

Poniendo un precio inferior, su trabajo no sería posible porque sería incapaz de afrontar los gastos de su actividad profesional.